Para entender lo que estaba a punto de pasar, usted haría bien en leer el primer artículo de esta serie, donde hice la decisión de reducir drásticamente la ingesta de abajo de mi saque y la comida chatarra, junto con el azúcar añadido en mi bebida y el queso y la mantequilla en mis comidas diarias. Durante meses, muy pocos que no veía la hora de consumir mi una vez por semana de cuotas "sin restricciones" comida basura o, por lo general una pizza grande. o varias hamburguesas. No había perdido estos antojos, pero juré ser fiel a mis reglas. Otra cosa fue cuando salí social que para mí no era más que cada diez días o dos semanas, con mucho gusto aceptaría una oferta para ir a cualquier restaurante, la cocina y cualquier cantidad que ninguna! Curiosamente, y probablemente porque estaba disciplinada en la mayoría de las veces, este tratamiento de vez en cuando parecía para nada a mi cintura. Esto es revelador no está usted de acuerdo?
He llegado a creer que la nutrición no es una ciencia exacta, porque todos somos personas y, obviamente, y el proceso de metabolizar los alimentos de forma diferente. Esto fue una sorpresa agradable, y empecé a cambiar mi forma de pensar a decirme a mí mismo que, más que negar a mí mismo, yo estaba realmente gratificante para mí ser disciplinado. Un sutil cambio en el pensamiento de repente hizo toda esta rutina mucho, mucho más fácil de mantener, y sé que ahora hay muy pocas posibilidades de mí volver a caer en mis malos hábitos de edad. Hable acerca de tener su pastel y comérselo también! Una serie más tarde cubrirá la cantidad de una parte de la mente juega en cualquier proyecto que emprendemos, pero la próxima edición y última de esta serie se revela otro cambio de actitud que fue un inesperado "efecto secundario" de mi dieta.
Una pregunta antes de cerrar: ¿Su médico sabe lo que está haciendo?
